El 28 de octubre de 1940, el ejército de Mussolini, ya que ocupaban Albania, invade Grecia en lo que va a ser una desastrosa campaña militar para las fuerzas del Duque.
Mussolini sorprendió a todos con este movimiento contra Grecia, e incluso su aliado, Adolf Hitler, fue sorprendido con la guardia baja, sobre todo porque el Duque había llegado a creer que Hitler no tenía esa intención. Hitler denunció la medida como un error estratégico importante. De acuerdo con Hitler, Mussolini se han concentrado en el norte de África, continuando el avance en Egipto. Incluso el propio jefe de Mussolini del personal del ejército se enteró de la invasión sólo después del hecho. Pero a pesar de ser advertido de una invasión de Grecia por sus propios generales, a pesar de la falta de preparación por parte de sus militares, a pesar de que eso significaría perderse en un país montañoso durante la temporada de lluvias en contra de un ejército dispuesto a luchar a capa y espada para defender su autonomía, Mussolini avanzado de pura arrogancia, convencido de que podía derrotar a los griegos en cuestión de días. También sabía un secreto que millones de liras, se destinaron para sobornar a políticos griegos y los generales de no resistirse a la invasión italiana. No esta claro si el dinero nunca llegó más allá del agente italiano fascista delegado a la responsabilidad, si lo hizo, está claro que no había diferencia alguna, los griegos lograron empujar a los invasores italianos de nuevo en Albania después de una semana, y el poder Axial pasó los próximos tres meses luchando por su vida en una batalla defensiva. Para empeorar las cosas, casi la mitad de la flota italiana en Tarento había sido paralizada por un ataque británico con base en portaaviones. Mussolini había sido humillado.
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